Extractado de Infobae Profesional
Los últimos años se han caracterizado por tener un constante y sostenido crecimiento de la presión fiscal que se completa con la implementación de múltiples impuestos que llevan años sin actualizarse.
Tanto el Impuesto a las Ganancias, como el Monotributo y el régimen que soportan los trabajadores autónomos se apoyan en pilares que quedaron "viejos".
El problema tomó mayor relevancia a partir de que, en los últimos años, el índice de inflación medido por las consultoras privadas superara holgadamente el 20% anual.
En otras palabras, la desactualización de las leyes impositivas, sumada al efecto inflacionario, genera que empresas y particulares paguen hasta el doble de impuestos de lo que les correspondería bajo un contexto más acorde con la suba real de precios.
Día de liberación de impuestos: cómo evolucionó en una década
De esta manera, y producto de los problemas antes descriptos, año tras año se demora aún más la llegada del “día de liberación de impuestos”.
Este indicador consiste en tomar como base de análisis un año calendario y calcular a partir de qué jornada un ciudadano deja de obtener ingresos que terminará enviando al Estado, bajo la forma de distintos tributos. En otras palabras, cuándo comienza a trabajar "para su bolsillo”.
En 2012, de acuerdo con un informe realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), ese "gran día" de "liberación" se ubicó entre el 19 de junio y el 13 de julio, dependiendo del nivel salarial. Es decir, que se trabajó aproximadamente medio año para pagar tributos.
Más allá de ello, lo que sorprende es cómo se ha ido desplazando a lo largo de estos últimos años.
Por ejemplo:
- En 2012, el período se ubica entre el 19 de junio y el 13 de julio (de acuerdo a lo ya detallado)
- En 2011, ese período se ubicaba entre el 17 y el 29 de junio.
- En 2009 había que esperar "solamente" hasta el 4 de mayo.
- En 2008 esa jornada clave se daba el día 5 de abril.
De modo tal que, como puede apreciarse, cada año que pasa se requiere de una mayor cantidad de meses para toparse con el famoso día de liberación impositiva.
Y nada indica que esto vaya a cambiar. De hecho está previsto que para 2013 ésto se de recién a finales de julio.
Presión impositiva en alza
De acuerdo con un reciente informe de la Comisión Económica para América y el Caribe (CEPAL) y la Organización Europea para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), la Argentina tiene una presión fiscal equivalente al 33,5% de su Producto Bruto Interno, la más alta de la región.
El informe también revela que los países que más incrementaron este índice entre 1990 y 2009 fueron la Argentina con 15,3 puntos porcentuales y Colombia con 8,4 puntos porcentuales.
Al respecto, Jorge Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) señaló que la presión fiscal en la Argentina sobre la parte de la economía en blanco "es del orden del 50%".
"Poco más del 60% de la economía argentina no paga impuestos, por lo que quiere decir que el resto lo hace. El promedio da casi 34% sobre el PBI. De modo que el grupo que está en blanco debe abonar un 50%", explicó el experto.
Por el lado de las compañías se considera que el incremento de la presión fiscal en los últimos 10 años se debió al cobro de las retenciones a las exportaciones y a la no autorización de los ajustes por inflación en los balances de las empresas.
Ganancias
Teniendo en cuenta que la última actualización del piso ocurrió en 2011 y tomando en consideración que los cálculos más conservadores prevén una inflación que superará el 25% -tanto en 2012 como en 2013- no suena descabellado el pedido de las centrales sindicales de elevarlo en un 50 por ciento.
Actualmente, se ubica en $5.782 netos mensuales para un trabajador soltero y $7.998 para uno casado con dos hijos.
Un reciente informe dado a conocer por IARAF sostiene que si se hubiese ajustado por la evolución de los salarios, este año el mínimo no imponible de Ganancias debería haer sido de $11.000 netos mensuales para los trabajadores solteros y de $14.000 para los casados, con 2 hijos.
Cabe destacar que los sujetos perjudicados no son sólo los trabajadores en relación de dependencia sino que la incidencia se proyecta a un número mucho más vasto de contribuyentes. Esto se debe a elementos que dan lugar a un aumento irreal de este tributo, entre los que se encuentran:
- El hecho de no permitir el ajuste por inflación impositivo, lo cual genera en las empresas resultados ficticios dados, por ejemplo, por la valuación del stock a precios de la última compra del ejercicio sin merituar qué parte de ese incremento de valor obedece a un efecto inflacionario.
- Para las personas físicas, la falta de actualización tanto de las deducciones personales como de los tramos que componen la escala de imposición determina que la carga tributaria se incremente por aumentos nominales en el nivel de renta que no significan muchas veces un aumento real de la misma.
Monotributo
Similar situación se da con el régimen simplificado para pequeños contribuyentes, más conocido como Monotributo.
Al igual que lo que sucede con Ganancias, las escalas llevan casi tres años sin actualizarse, en tanto el valor de la cuota aumentó en julio de este año debido al incremento del monto destinado a las obras sociales sindicales.
Por lo tanto, los monotributistas de la categoría más baja pagan $296 mensuales ($157 previsionales, $70 obra social y $39 componente impositivo), en tanto, quienes se ubican en el escalón más alto erogan 2.957 pesos.
Autónomos
El cuadro no es muy diferente para quienes trabajan de manera independiente. Esto es así, ya que el pago mensual que realizan a la AFIP aumenta semestralmente, mientras que las deducciones computables antes de la determinación del impuesto a las Ganancias llevan más de cinco años sin ser modificados.
Es por esto que como una gran cantidad de asesores impositivos en nuestro país, Adrián Fontanetto, Gerente Senior Corporate Tax Services de KPMG, considera "oportuno y adecuado debatir acerca de la equidad en las deducciones aplicables en el gravamen para los trabajadores autónomos y los que se desempeñan en relación de dependencia".
Asignaciones familiares
Por último, se encuentra otro reclamo que une a todas las centrales de trabajadores sin importar el poder político que representan: la universalización de las asignaciones familiares.
De hecho, la última suba de 25,9% de la asignación por hijo anunciada en septiembre sólo compensa la inflación de este año.
Además, el Gobierno ajustó menos que la inflación y que las subas salariales las escalas usadas para asignar los beneficios.
Por ejemplo, un empleado con un sueldo de $2.700, recibía $270 de salario familiar. Si le aumentan un 25%, pasa a ganar $3.375 y sube un escalón. Y, por lo tanto, dicho salario familiar se reduce a $250 en el nuevo esquema.
Otro caso se da con un trabajador que ganaba $5.000 que cobraba $136 de salario familiar. Si recibió un aumento salarial de 25% y ahora gana $6.250, el salario por hijo se reduce a 90 pesos.
A su vez, las asignaciones familiares periódicas, como por nacimiento o matrimonio, se mantienen en los valores congelados de 2008, sin ningún aumento.
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