En vez de invertir, quienes tienen entre 18 y 30 años se dedican a ahorrar
como si tuvieran el temor de ser alcanzados por una crisis. En este sentido, se
distinguen de sus padres, temen por la economía y sus finanzas. Viven el
presente, pero sobrevuela el temor del futuro
La generación Y, que tiene entre 18 y 30 años, está evidenciando un
comportamiento bastante conservador con respecto al uso del dinero.