miércoles, 3 de mayo de 2017

Llegó la hora de reivindicar el papel de los managers



Gil & Asociados / La Nación Negocios - Eugenio Marchiori,Andrés Hatum

La buena prensa que tienen los líderes esconde el papel clave que juegan los ejecutivos encargados de hacer el trabajo de todos los días.

Por qué las empresas continúan enviando señales sobre la necesidad de generar líderes puertas adentro? Si todos son líderes, dentro de una organización ¿quiénes se ocuparán de hacer las cosas de todos los días? Asimismo, ¿no necesitan buenos seguidores los líderes? Aunque todas las personas poseen algo de los dos, para aclarar un poco el fenómeno vamos a enumerar las seis principales diferencias entre las contribuciones de un líder y las de un manager.

1 - El líder aporta la visión, el manager fija las metas.
La función del líder es mirar más allá y bosquejar a grandes trazos la organización que imagina a futuro. Su foco está en el largo plazo. Es él o ella el que debe dar dirección, luego alinear a sus colaboradores hacia el norte fijado y, por último, motivar a la gente para conseguir su compromiso.
Por su parte, los managers son los que salen a la cancha, los que fijan metas y los se ocupan de alcanzarlas o de superarlas. Los managers son los ejecutores. Su foco está en el corto plazo.

2 - El líder es agente de cambio, el manager lo gestiona.
Los líderes pertenecen al grupo reducido de individuos que imaginan los cambios y transformaciones necesarios, dentro y fuera de la empresa, para conseguir la visión que se trazaron. Los managers son los que se encargan de ajustar los sistemas y los procesos, y de conseguir que los empleados que están bajo su órbita se sumen al cambio propuesto por el líder.

3 - El líder toma riesgos, el manager los acota.
Una organización toma riesgos para producir crecimiento. Asimismo, debe proteger el patrimonio de los eventuales riesgos. Ambas funciones son vitales para la supervivencia de cualquier empresa u organización. El desafío es mantener el balance justo para conseguir sustentabilidad en el largo plazo.

4 - El líder fortalece las relaciones, el manager genera redes de trabajo.
Una de las funciones del líder es cultivar relaciones personales con sus colaboradores y con los demás stakeholders (clientes, proveedores, accionistas, etcétera) de la compañía. El manager debe tener la capacidad de construir y de mantener aceitadas las redes de contactos necesarias para que se realice el trabajo.

5 - El líder "coachea", el manager gestiona.
El líder ayuda a sus colaboradores a destrabar bloqueos y a madurar profesionalmente. Si bien eventualmente puede asumir el rol de coach para contribuir al crecimiento de su equipo, la función central del manager es fijar metas y controlar que se cumplan.

6 - El líder desarrolla cualidades personales, el manager emplea habilidades para cumplir su rol.
El fortalecimiento de relaciones requiere el desarrollo del crecimiento y de la experiencia para incorporar cualidades como la empatía, el tacto político, el pensamiento estratégico y otras destrezas blandas. Los managers deben aprender y ampliar aquellas habilidades necesarias para cumplir con su tarea.


La mayoría de las organizaciones tienen todavía hoy una estructura piramidal. A medida que se avanza en la carrera van quedando menos posiciones a cubrir.
Estimular a todas las personas la necesidad entrenarse para ser líderes con la esperanza de llegar al vértice, es crear las condiciones de una tormenta perfecta de frustraciones personales y de resentimiento hacia la compañía

Hay que enseñar a valorar todos los roles necesarios para que una empresa sea exitosa. Eso supone estimular a líderes, a managers y a contribuidores individuales.

Más allá del rol hay solo dos condiciones que sirven para estimar el rendimiento potencial de un empleado: su pasión y su perseverancia. Aquellos que posean estas dos características, con un poco de suerte, tienen el éxito laboral garantizado en cualquier organización.

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