Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las segundas y terceras generaciones de empresarios es precisamente perpetuar y hacer crecer el proyecto original. En la mayoría de los casos, la continuidad implica emprender nuevos caminos y para Josep Tapiès, titular de la Cátedra Empresa Familiar del IESE y autor de Familia empresaria, “el punto de partida es conocer a fondo el producto o servicio que se ofrece y cuál es el valor diferencial que aportamos frente a nuestros competidores”. El profesor del IESE hace especial hincapié en que “empaparse del negocio no es sólo entender la cuenta de resultados. Es conocer cómo la compañía ha conseguido llegar adonde está”.
Directivo emprendedor
El sucesor de una empresa familiar debe tomar las riendas del negocio, al menos, con la misma capacidad emprendedora del fundador. Manuel Pavón, socio responsable de empresa familiar de Garrigues, explica que “esta habilidad tiene que estar orientada a convencer a otros socios de que pueden confiar en él”, porque los directivos y toda la plantilla deben verle como un líder-propietario y no sólo como el heredero.
Tapiès considera que ganarse la posición de líder no es fácil: “Hay que llegar con mucho respeto, observando, escuchando y ganándose la autoridad día a día”.
Una vez conseguida la confianza de sus correligionarios, “debe enfocar sus esfuerzos a renovar la organización y fomentar la optimación de sus productos y servicios, orientándolos hacia otros mercados y nuevas tecnologías”, comenta Pavón.
Sin duda, la mejor forma de acometer los cambios es poco a poco. Tapiès opina que es esencial centrase en un área concreta, fijarse unos objetivos claros y provocar que sus resultados se vean rápidamente en el mercado. Este trabajo le servirá, además, de guía para planificar sus siguientes pasos.
Otra de las tareas que el heredero de un negocio familiar tiene que realizar es mejorar la cuenta de resultados, eliminando procesos y sistemas poco rentables. Pavón recuerda que “es habitual comprobar que la generación saliente tenía unos acuerdos y privilegios con empleados, colaboradores externos, proveedores y clientes que ya no son rentables. Y es misión del nuevo directivo eliminar estos elementos para seguir creciendo”.
Asimismo, hay que mantenerse al día, observar el entorno y modificar su estrategia empresarial y perspectiva de ventas de acuerdo a las exigencias del momento. Incluso, cuando algunas de estas modificaciones implican el cierre o la venta de alguna línea de negocio.
Pautas para reformar tu negocio
Tomar las riendas del negocio familiar es complicado. Para lograr que sobreviva es necesario realizar cambios para ponerlos en condiciones de conseguir sus objetivos. Éstos son algunos de los puntos sobre los que trabajar:
- Sé fiel a la cultura de servicio. El consumidor o el cliente es el que manda. Tus esfuerzos siempre deben ir encaminados a darles lo mejor, ofreciéndoles más que tus competidores, comunicándote con ellos y escuchándoles.
- Invierte en tecnología. Muchas de las empresas familiares tienen una tecnología obsoleta. Invertir en técnicas y herramientas novedosas es una apuesta segura que mejora los resultados y optimiza los procesos.
- Apóyate en la calidad. En un mundo en el que hay de todo, la diferencia radica en la calidad. Un buen producto asegurará la confianza y la fidelidad de tu público.
- Descubre nuevas aplicaciones para tus productos. Partiendo de cuál es tu actividad y en qué eres bueno, siempre puedes encontrar nuevos campos de actuación que permitan mejorar tus beneficios o ampliar tu mercado.
- Busca alianzas estratégicas. La fórmula más habitual es la ‘joint venture’, una nueva sociedad jurídica independiente que permite diversificar el negocio con a sectores poco relacionados con la actividad de la empresa o en mercados internacionales.
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