Fuente: Fernando Gil / Errepar / Daniel Colombo
Faltar a la palabra empeñada no solo deteriora las relaciones con los demás, aniquila la confianza en uno mismo. Cómo reconocer a personas incumplidoras
En un mundo donde parece que a las palabras se las lleva el viento y donde las promesas se incumplen y no hay consecuencias, el valor de respetar la palabra que damos constituye uno de los aspectos centrales de la credibilidad y la reputación personal y profesional.Tengo una frase que me gusta utilizar, y es "Palabra dada, palabra respetada". Esto significa que, si te comprometes con algo, lo cumples a como dé lugar.
El faltar a la palabra empeñada no sólo deteriora las relaciones con los demás, sino que aniquila la confianza en uno mismo. Esto sucede porque las aparentemente insignificantes "mentiras blancas", como se las llama habitualmente, actúan mellando la mente subconsciente, donde se afirman las emociones y los sentimientos de valía personal y autoestima.
Así, esas pequeñas autotraiciones que te haces van debilitando tu sistema de empoderamiento interior, porque el subconsciente entiende que no eres alguien de fiar, y esta conducta posiblemente te lleve a consecuencias mucho mayores.
Qué significa "dar la palabra" en estos tiempos
El hecho de dar la palabra es hacer una promesa, que implica un profundo compromiso que debe ser ratificado con los hechos concretos.
Para la mayoría de las personas es bastante sencillo decirlo, pero no actuar en consecuencia. Sin ir más lejos, conocemos decenas de personajes de influencia pública que dicen una cosa y luego no la cumplen.
Otro aspecto central es que, al dar tu palabra, estás empeñando tu dignidad y tu ser, para reafirmar que vas a cumplir lo que has declarado.
Hace décadas bastaba un apretón de manos para sellar cualquier acuerdo, costumbre que ha caído en desuso, ya que hoy ni siquiera con documentos firmados muchas personas cumplen sus acuerdos.
Es que al decir una cosa y hacer todo lo opuesto exponen a su entorno a la disyuntiva de tener que analizar, cada vez que interactúan, si confiar o no. Como son personas que están en todo tipo de ambientes, se incluyen en este grupo a miembros de la familia, amigos, relaciones profesionales y amorosas, y cualquier otro vínculo humano donde hay personas "flojas de papeles", que no saben lo que significa empeñar su palabra y cumplirla.
5 claves para cumplir siempre con tu palabra dada
Como una guía para encauzar estos comportamientos por si fuese tu caso, o bien ante aquellas "pequeñas falsas promesas" que haces por aquí y por allí, a continuación tienes cinco claves prácticas para pensar y actuar.
Recuerda que el objetivo es que seas una persona coherente entre lo que piensas, sientes, dices y, finalmente, haces, para cumplir sí o sí con tu palabra.
1- No prometas lo que no vas a cumplir
Recuerda que el objetivo es que seas una persona coherente entre lo que piensas, sientes, dices y, finalmente, haces, para cumplir sí o sí con tu palabra.
1- No prometas lo que no vas a cumplir
Este es el principio básico de cualquier palabra que vayas a dar. Asegúrate de relevar toda la información del caso, e incluso pide ayuda u orientación. Y si sabes que no vas a cumplir, no te comprometas u ofrece alternativas al plan original.
2- Reafirma tus palabra dada con hechos
La única forma de convertirte en una persona confiable es cumplir con tu palabra. Esto significa que harás todo lo que necesites llevar adelante para ratificar en los hechos concretos cada una de tus promesas. Sin importar el esfuerzo que implique, sabes que tendrás consecuencias si incumples: nada más y nada menos que perder la confianza.
3- Renegocia los compromisos
Si se presentan imprevistos en medio del cumplimiento de tu promesa, acostúmbrate a avisar a las demás personas anticipadamente, y renegocia plazos, modalidades y cualquier otro aspecto del asunto que estás manejando. No llegues al último minuto rompiendo tu promesa, porque eso afectará seriamente tu reputación y credibilidad personal y laboral.
4- Habla menos y haz más
Un rasgo característico de las personas que no cumplen con su palabra es que asumen más compromisos de los que pueden, con tal de caer con simpatía a los demás.
En este caso, la sugerencia es que te enfoques en hacer más y hablar menos. Una célebre frase dice "Por tus obras se te conocerá", no por las promesas que haces e incumples. Enfócate en el logro concreto y verás cómo tu autoestima aumenta, a la par de la mejor consideración de quienes te rodean.
5- Mantén una postura ética y comprometida
Estas son dos palabras que suenan fuerte en término de valores, y que definen en forma cabal cómo es una persona. Cuando interactúas en cualquier círculo, ya sea personal o laboral, la mejor forma de que te conozcan es por tu cumplimiento ético y tu marcado compromiso con las promesas que haces.
2- Reafirma tus palabra dada con hechos
La única forma de convertirte en una persona confiable es cumplir con tu palabra. Esto significa que harás todo lo que necesites llevar adelante para ratificar en los hechos concretos cada una de tus promesas. Sin importar el esfuerzo que implique, sabes que tendrás consecuencias si incumples: nada más y nada menos que perder la confianza.
3- Renegocia los compromisos
Si se presentan imprevistos en medio del cumplimiento de tu promesa, acostúmbrate a avisar a las demás personas anticipadamente, y renegocia plazos, modalidades y cualquier otro aspecto del asunto que estás manejando. No llegues al último minuto rompiendo tu promesa, porque eso afectará seriamente tu reputación y credibilidad personal y laboral.
4- Habla menos y haz más
Un rasgo característico de las personas que no cumplen con su palabra es que asumen más compromisos de los que pueden, con tal de caer con simpatía a los demás.
En este caso, la sugerencia es que te enfoques en hacer más y hablar menos. Una célebre frase dice "Por tus obras se te conocerá", no por las promesas que haces e incumples. Enfócate en el logro concreto y verás cómo tu autoestima aumenta, a la par de la mejor consideración de quienes te rodean.
5- Mantén una postura ética y comprometida
Estas son dos palabras que suenan fuerte en término de valores, y que definen en forma cabal cómo es una persona. Cuando interactúas en cualquier círculo, ya sea personal o laboral, la mejor forma de que te conozcan es por tu cumplimiento ético y tu marcado compromiso con las promesas que haces.
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