lunes, 19 de noviembre de 2012

En épocas de crisis crece la importancia de la motivación empresarial




Hay dos aspectos clave para acrecentar el compromiso del personal: el manejo de la comunicación y el refuerzo de la cultura organizacional.

En medio de una crisis, la desmotivación de los empleados es una consecuencia casi inmediata luego de la primera fase de desconcierto, parálisis y estrés.

La explicación de por qué la mayor parte de las personas experimentan estos síntomas es la situación de incertidumbre generalizada y la amenaza latente de perder la estabilidad y fuente de recursos.
En la Argentina esto tiende a agravarse aún más debido a la memoria remanente de crisis pasadas y a las reducciones de personal que ocurren cuando se utilizan las temidas y conocidas prácticas de reingeniería organizacional.

Hay dos aspectos fundamentales a tener en cuenta al momento de evitar la desmotivación y acrecentar el compromiso de los empleados: el manejo de la comunicación interna y el refuerzo de la cultura organizacional.

Comunicación y crisis
Es necesario implementar a la brevedad una estrategia de comunicación clara y eficaz que disminuya el impacto de la crisis en el personal. Está claro: información sobra pero el problema es que la misma esté probablemente sobredimensionada y los fantasmas que aparecen con seguridad sean mucho peor que la realidad a enfrentar. La información que se transmita debe ser breve, concreta y sobre todo veraz.
Es la comunicación entre las partes lo que mantendrá unida y comprometida a su gente. 

La comunicación es bi-direccional e incluye por supuesto la capacidad de escuchar las partes.

Los directivos deben definir y bajar línea lo más honestamente posible a los empleados y a la vez deben saber escuchar lo que los empleados tienen para decir. En el sentido opuesto, los empleados deben poder comunicar sus dudas mediante una fuente formal y aprender a escuchar eliminando las interferencias del medio.

El seteo de expectativas mutuas se da sólo cuando la gente se sabe contenida y a la vez percibe honestidad (por más que esta incluya malas noticias) por parte de quienes dirigen la organización.


Crisis y cultura organizacional 
Una vez que se define la estrategia de comunicación y se eligen a las personas más idóneas para transmitir dicha información, se debe atender todo lo que atañe a la cultura organizacional de la empresa, que es la manera en que interactúan los integrantes de una empresa y que tiene su origen en un conjunto de creencias y valores compartidos.

Por lo tanto la cultura proporciona un marco común de referencia que permite a sus miembros tener una concepción más o menos homogénea de la realidad, y por lo tanto un patrón similar de comportamientos ante situaciones específicas.

Dada esta definición es claro por qué la cultura debe ayudar a reforzar la unidad y motivación de la gente en épocas de crisis. En medio de la incertidumbre, la consolidación de significados compartidos que permitan una “construcción social de la realidad”, ayudará a que el barco se siga moviendo aún en aguas turbulentas.

Toda acción que refuerce el tipo de cultura específica de la organización y la sensación de pertenecer a un mismo grupo será altamente bienvenido en estos momentos. Reuniones antes y después del horario laboral, conferencias, charlas, almuerzos compartidos, etc. son una buena práctica que a su vez hace más eficiente el proceso de comunicación que se intenta reforzar. No es necesario realizar eventos costosos, sino más bien originales y a la medida de la empresa.

Por último es necesario aclarar que en las personas, la motivación engloba tanto los impulsos conscientes como los inconscientes y por lo tanto su manifestación es distinta en cada uno. Incluye y está sustentada por los valores personales de cada individuo que a su vez son influenciados por el ambiente externo físico y social, por su estructura fisiológica, por sus necesidades y por sus experiencias. Por lo tanto, no podemos motivar a todas las personas por igual.

Sin embargo, si se puede influir en los valores compartidos del grupo como tal y en la formación del trabajo en equipo. Esto a la vez genera un marco de referencia compartido y se habrá dado un importantísimo paso para que la organización sobreviva a esta crisis y a las muchas por venir. 


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