viernes, 14 de septiembre de 2012

Jefes y empleados tóxicos: ¿quiénes son los más “peligrosos” en las empresas?



Con su pesimismo, quejas y mal humor, estos “personajes” son quienes siembran la semilla de la discordia. ¿Un perfil conflictivo se puede detectar a tiempo? Expertos  revelan qué conductas y carateristicas los definen y cuentan qué hacen con ellos las compañías

Entrevistas y evaluaciones psicotécnicas mediante, al momento de incorporar un empleado, tanto las consultoras externas como las áreas de Recursos Humanos de las empresas no dejan ningún detalle librado al azar. Sin embargo, muchas veces ellos ingresan igual y hoy casi no existe compañía que no tenga entre sus filas a un trabajador o –lo que es peor- un jefe tóxico.

Con su pesimismo, quejas y mal humor, estos “personajes” son quienes, generalmente, siembran la semilla de la discordia puertas adentro de las organizaciones y contribuyen a generar un mal clima laboral.
Claro que, muchas veces son las propias empresas las que permiten e incluso, con el fin de tener un “informante”, fomentan, la aparición de dichos perfiles.
¿Un trabajador conflictivo se puede detectar a tiempo? “A veces si, pero otras no. Porque si bien la toxicidad se puede definir como la cualidad de una persona, se pone en evidencia en la relación con los otros. Y esto es muy difícil de hallar en un proceso clásico y tradicional de selección”, explica Eduardo Press, director de la Escuela Argentina de Psicología Organizacional.

Un secreto bajo cuatro llaves
Tener –o, mejor dicho, padecer- entre sus filas un empleado tóxico es un secreto que las compañías suelen guardar bajo cuatro llaves. Sin embargo, la toxicidad en un grupo de trabajo es un tema que preocupa sobremanera a los responsables de Recursos Humanos, quienes suelen admitirlo sólo en off the record.

“El año pasado tuvimos dos casos de empleados tóxicos. Fue muy difícil abordarlos y tratar de revertir sus conductas. Los ayudamos, pero como ninguno de los dos lo logró, decimos dejarlos afuera de la empresa cuenta, con cierto tono de alivio, el gerente de RRHH de una empresa de seguridad.
Y añade: “Sobre todo uno de ello, dentro del turno en el que trabajaba era lo que comúnmente se conoce como la manzana podrida. Si bien nos costó desvincularlo, hoy puedo decir que fue una decisión acertada. ”
En tanto, en una firma de servicios financieros de capitales estadounidenses también se vive una situación particular. Según cuenta una de las analistas de Recursos Humanos en estricto off the record, el caso es “sumamente delicado” porque el tóxico es el responsable del área.
”Hace varios meses que somos rehenes del mal humor de nuestro director, de sus malos tratos, presiones y hasta descalificaciones adelante de todos. Cuando en la segunda quincena de enero esta persona se tomó vacaciones, nos decidimos y junto a un compañero pedimos una reunión con el gerente general, a quien contamos la situación”, relata la analista de Recursos Humanos a este medio.

”Para nuestra sorpresa –continúa- fue el mismo número uno quien se puso al frente del problema. Contrató a un consultor externo con quien nuestro director ya viene llevando varias charlas. Si bien su mal humor sigue intacto, por lo menos en las últimas semanas no fuimos blanco de sus insultos. Veremos que pasa.”

Por qué “sobresalen”
Bajo el término tóxico entran aquellos trabajadores que son perjudiciales para el resto de los integrantes de la empresa. Se destacan, principalmente, por provocar constantes conflictos. También en este grupo se pueden incluir a los perfiles que no cumplen con sus funciones y hacen gala de su pereza incluso delante de sus jefes, los caracterizados por su incompetencia, y los culpables de fraudes o robos en el ámbito laboral.

Los jefes. Los más peligrosos
Aunque estos empleados tóxicos pululan a diario por los pasillos y plantas de las compañías, todos los expertos sondeados por este medio coincidieron en que la situación es aun más complicada cuando la toxicidad proviene de los jefes o de aquellas personas con equipos a cargo.

Cassano también asegura que el problema más serio es cuando el tóxico es alguien que tiene gente a cargo porque genera un clima desagradable que impide a sus colaboradores ser eficientes.

De acuerdo con la especialista, este tipo de jefes suele escatimar información y provocar roces con el criterio de "divide y reinarás". Además, no sólo tienen un sector que trabaja desorganizadamente sino que también muestran problemas para relacionarse con sus pares.
Asimismo, al estilo de liderazgo de aquel que cree que todo lo sabe, que es poco humilde para reconocer sus errores y que tiende a opinar de todo (de economía, de finanzas, marketing, recursos humanos, producción, ventas) también le calzaría bien la definición de tóxico ya que suelen ser insoportables.

Empresas esquizofrénicas
Desde el IAE Business School, Hatum comenta: “Un jefe tóxico, además de ser un mal jefe, forma parte de una organización tan esquizofrénica que lleva a que la gente se convierta en tóxica.”
Fuga de talentos
Para los empleados, en tanto, es muy difícil trabajar con un jefe tóxico. Por este motivo, los que se terminan quedando a su lado son los perfiles más sumisos y los que no poseen otras oportunidades.
Logicamente, los talentosos o de alto potencial, ni bien se les presenta la posibilidad, se van de la compañía. ”Es difícil que trabajen con grandes talentos, porque inexorablemente, éstos se terminan cambiando de empresa”, subraya Hatum.

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