Fuente: Leonel Sanchez (Director de Recursos Humanos de Enel Argentina) / Fernando Gil
Durante siglos el liderazgo se asoció a la rigidez, y se pensaba que alguien gentil carecía de fortaleza y determinación. Es todo lo contrario
En tiempos en los que abundan las teorías sobre modelos de liderazgo, surge el Liderazgo Gentil.
Siglos de liderazgo basado en el control, parecieran dar la razón a aquellos que ven en los conceptos: liderazgo y gentileza, una contradicción insalvable. La errónea percepción de que alguien gentil carece de atributos como fortaleza y determinación, conduce a la mayoría hacia esta equívoca conclusión.
Pero superada esa mala pasada que nos juega la carga cultural que indefectiblemente arrastramos, vemos que es muy posible encontrar ejemplos históricos, y en nuestros propios entornos, de personas cuya gentileza, carisma y capacidad para convencer han sido exitosas liderando equipos, y eficientes en el logro de los objetivos.
Escucha activa
Siglos de liderazgo basado en el control, parecieran dar la razón a aquellos que ven en los conceptos: liderazgo y gentileza, una contradicción insalvable. La errónea percepción de que alguien gentil carece de atributos como fortaleza y determinación, conduce a la mayoría hacia esta equívoca conclusión.
Pero superada esa mala pasada que nos juega la carga cultural que indefectiblemente arrastramos, vemos que es muy posible encontrar ejemplos históricos, y en nuestros propios entornos, de personas cuya gentileza, carisma y capacidad para convencer han sido exitosas liderando equipos, y eficientes en el logro de los objetivos.
Escucha activa
Un líder gentil tiene firmeza en sus posiciones y es capaz de negociar sosteniendo sus argumentos con la determinación necesaria, pero, indefectiblemente, a estos atributos, hay que añadirle la escucha activa. Este tipo de líder, escucha, hace preguntas. Permite al equipo expresarse y crea las condiciones para que todas las ideas salgan a la luz.
Genera un entorno abierto y de libertad, donde no se impone quien más habla, quien lo haga más fuerte ni quien tenga el cargo más alto. A la hora de las ideas las jerarquías desaparecen.
Dar sentido, en lugar de órdenes
El líder gentil no comunica unilateralmente órdenes. Dedica tiempo y esfuerzo en compartir la estrategia, comunicar los objetivos, debatir los problemas. Genera en el equipo consenso sobre los cursos de acción.
De esta forma el análisis es más rico, porque incorpora más visiones. Y la motivación del equipo crece, al sentirse parte de las decisiones, en lugar de verse como meros ejecutores.
Es imprescindible crear sentido, tener propósitos que nos unan, y es imposible lograrlo a través de órdenes.
El liderazgo no se impone, se conquista
Un liderazgo basado sólo en el poder, resulta una bomba de tiempo que puede generar el espejismo de resultados rápidos, pero a mediano y largo plazo va horadando el clima laboral. Impacta negativamente en el propio equipo y en los resultados de la organización.
En organizaciones cada vez más flexibles y "liquidas" donde los equipos se constituyen por proyectos u objetivos específicos, se desarman y vuelven a constituir con integrantes diferentes, resulta cada vez menos visible esa caja en el organigrama para aferrarse, desde la cual reclamar un liderazgo intrínseco.
De ahí la afirmación realizada previamente, sobre la necesidad de liderar conquistando en lugar de imponiendo.
Transparencia y Feedback
Los Líderes Gentiles, hacen comentarios honestos. Cuando los líderes no les dicen la verdad a las personas, con el pretexto de no querer lastimarlas, no están siendo amables.
Lo que están haciendo, en realidad, es ser amables con ellos mismos, protegiéndose de una situación posiblemente incómoda.
La mejor manera de mostrar bondad es ser honesto cuando entendemos que alguien no está en el camino cierto. El feedback continuo y sincero es fundamental para fortalecer los equipos.
El líder como mentor
Un Líder Gentil es consciente que nadie es dueño de todo el conocimiento, va mucho más allá de liderar basado en su propio saber, y trabaja junto a sus colaboradores para buscar alternativas de crecimiento y desarrollo.
Parte de la base de reconocer que todos tenemos capacidades diferentes y prioriza identificar donde y como hacer florecer lo mejor de cada uno.
El líder gentil sabe que el desarrollo de las personas puede ir más allá de su propia área, generando un gran beneficio para la persona y para la organización. No retiene al talento para sí, lo impulsa y lo promueve.
Coherencia
Nada destruye más la confianza en un líder que la brecha entre sus dichos y sus acciones. La gentileza, como todo lo que comunicamos, tiene múltiples canales. Las palabras son sólo una de las vías de comunicación. Nuestro lenguaje corporal y nuestras acciones son medios de comunicación potentisimos y ponen rápidamente en evidencia cualquier contradicción.
Resulta simple ser gentil en los momentos gratos y distendidos, pero serlo en los momentos críticos será mucho más valorado por el equipo. El valor no significa no tener miedo. Intentar mostrar fortaleza para ocultar un temor, puede ser el camino más corto para dejar de ser gentil.
Líderes Gentiles que impulsen el crecimiento de los equipos, el desarrollo de las personas, que anteponen el "nosotros" al "yo" y, claro, que logran los objetivos de la organización.
El Liderazgo Gentil no es una utopía, sino el camino más corto y sólido para generar valor en una organización, porque no es sostenible conseguir resultados si no están acompañados de bienestar y motivación de las personas.
Genera un entorno abierto y de libertad, donde no se impone quien más habla, quien lo haga más fuerte ni quien tenga el cargo más alto. A la hora de las ideas las jerarquías desaparecen.
Dar sentido, en lugar de órdenes
El líder gentil no comunica unilateralmente órdenes. Dedica tiempo y esfuerzo en compartir la estrategia, comunicar los objetivos, debatir los problemas. Genera en el equipo consenso sobre los cursos de acción.
De esta forma el análisis es más rico, porque incorpora más visiones. Y la motivación del equipo crece, al sentirse parte de las decisiones, en lugar de verse como meros ejecutores.
Es imprescindible crear sentido, tener propósitos que nos unan, y es imposible lograrlo a través de órdenes.
El liderazgo no se impone, se conquista
Un liderazgo basado sólo en el poder, resulta una bomba de tiempo que puede generar el espejismo de resultados rápidos, pero a mediano y largo plazo va horadando el clima laboral. Impacta negativamente en el propio equipo y en los resultados de la organización.
En organizaciones cada vez más flexibles y "liquidas" donde los equipos se constituyen por proyectos u objetivos específicos, se desarman y vuelven a constituir con integrantes diferentes, resulta cada vez menos visible esa caja en el organigrama para aferrarse, desde la cual reclamar un liderazgo intrínseco.
De ahí la afirmación realizada previamente, sobre la necesidad de liderar conquistando en lugar de imponiendo.
Transparencia y Feedback
Los Líderes Gentiles, hacen comentarios honestos. Cuando los líderes no les dicen la verdad a las personas, con el pretexto de no querer lastimarlas, no están siendo amables.
Lo que están haciendo, en realidad, es ser amables con ellos mismos, protegiéndose de una situación posiblemente incómoda.
La mejor manera de mostrar bondad es ser honesto cuando entendemos que alguien no está en el camino cierto. El feedback continuo y sincero es fundamental para fortalecer los equipos.
El líder como mentor
Un Líder Gentil es consciente que nadie es dueño de todo el conocimiento, va mucho más allá de liderar basado en su propio saber, y trabaja junto a sus colaboradores para buscar alternativas de crecimiento y desarrollo.
Parte de la base de reconocer que todos tenemos capacidades diferentes y prioriza identificar donde y como hacer florecer lo mejor de cada uno.
El líder gentil sabe que el desarrollo de las personas puede ir más allá de su propia área, generando un gran beneficio para la persona y para la organización. No retiene al talento para sí, lo impulsa y lo promueve.
Coherencia
Nada destruye más la confianza en un líder que la brecha entre sus dichos y sus acciones. La gentileza, como todo lo que comunicamos, tiene múltiples canales. Las palabras son sólo una de las vías de comunicación. Nuestro lenguaje corporal y nuestras acciones son medios de comunicación potentisimos y ponen rápidamente en evidencia cualquier contradicción.
Resulta simple ser gentil en los momentos gratos y distendidos, pero serlo en los momentos críticos será mucho más valorado por el equipo. El valor no significa no tener miedo. Intentar mostrar fortaleza para ocultar un temor, puede ser el camino más corto para dejar de ser gentil.
Líderes Gentiles que impulsen el crecimiento de los equipos, el desarrollo de las personas, que anteponen el "nosotros" al "yo" y, claro, que logran los objetivos de la organización.
El Liderazgo Gentil no es una utopía, sino el camino más corto y sólido para generar valor en una organización, porque no es sostenible conseguir resultados si no están acompañados de bienestar y motivación de las personas.
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