jueves, 1 de noviembre de 2012

Los jefes que no saben decir "no" ocasionan grandes problemas a las empresas



En un ambiente de trabajo, el hecho de que el superior no se imponga y acepte todo porque sí suele acarrear más inconvenientes que beneficios

Fernando Botella, CEO de Think & Action, señala al diario Expansión que "un ‘no' a tiempo evita realizar esfuerzos innecesarios, permite organizar bien el trabajo, no incurrir en fracasos conocidos y logra mejores resultados desde la colaboración, la confianza y el aprendizaje".

"Este tipo de jefe seguramente tiene una pérdida de autoridad que, dependiendo del estilo de compañía, provocará importantes problemas", opina José Luis Gugel, socio de Ray Human Capital, quien añade que "un exceso de paternalismo o de amiguismo provoca que las personas de alrededor no tengan claro hasta donde llegan sus responsabilidades y crea falta de tensión para alcanzar los objetivos".
Según el experto, este modo de actuar del superior implica que el equipo no tenga en cuenta su autoridad: si el jefe no se decide o no sabe imponerse, son los mismos colaboradores los que actúan. Respecto al responsable, el no saber decir ‘no' puede acarrearle estrés y ansiedad.
"Esto se debe a que no es capaz de trasladar claramente a su grupo de trabajo sus objetivos y tenga que asumir mayores responsabilidades por falta de delegación", señala el socio de Ray Human Capital a Expansión

Por otro lado, Botella cree que "el jefe que no sabe imponerse no es un líder". Es decir, carece de capacidad asertiva.

El hecho de que el jefe comience a decir "no", a imponerse, es un ejercicio de aprendizaje."Debe hacer terapia interna, es decir, comprobar que un ‘no' no hace daño, que a su equipo no le pasa nada. El directivo tiene que comprobar que de seguir con esa actitud aumentarían los efectos negativos en su autoestima y en su inseguridad", explica José Luis Gugel en diálogo con Expansión.

Aprender a decir "no"
En este proceso, tampoco vale aprender a decir no sin más. "Un ‘no' de ahora puede ser un sí en el futuro, un ‘no' que no cierre las posibilidades. Por eso, es bueno que la negativa se explique, se justifique", señala Enrique Alcat, director del programa superior en Gestión Empresarial y Dirección de Comunicación de IE Business School.
Según este experto, "el ‘no' sin más puede suponer desmotivación en los equipos. Por eso, hay que cuidar las formas, los tiempos para que ese ‘no' no sea frustrante". 

Son más importantes las razones que acompañan al ‘no' que la negativa en sí misma. 
Además, con su debida explicación es más fácil decir ‘no' a quién le cueste hacerlo.

En el articulo publicado por Expansión, Botella distingue tres tipo de "no" correctos para la organización, y que el jefe que no sepa negarse a algo deberá empezar a practicar.

No de gala: 
Es una negativa postergadora, no es rotunda. Equivale a "ahora no, pero más adelante sí, no lo descarto". 
Según Botella, este ‘no' se puede utilizar cuando un colaborador pide un aumento de sueldo, pero se tiene que aplazar, por ejemplo.

No de situación
Esta contestación no deja la puerta la abierta a otro momento. Se dice "no" porque no encaja. El CEO de Think & Action recomienda que se empiece la explicación con "dada la situación actual... ". "Debe estar bien contextualizado y justificado para que el equipo comprenda y acepte la situación", dice Botella.

No instructivo: 
El superior utiliza este ‘no' para ayudar al colaborador a hacer bien su trabajo, a corregir errores. Equivale al "así no, mejor de esta forma".

No obstante, el jefe debe entender que, tanto si dice "sí" como si dice "no", tendrá aliados y enemigos. La clave está en explicar la respuesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario