miércoles, 17 de enero de 2024

Año nuevo: cómo superar la sensación de fracaso de las metas no cumplidas




Fuente: Daniel Colombo / INFOBAE / Fernando Gil


Muchas personas viven soñando, y sólo un pequeño porcentaje se atreve a asumir la responsabilidad personal de llevar adelante una meta, por pequeña que sea.

Al hacer un plan de metas -y son millones los que lo hacen a fin de año- es posible que no se tenga en cuenta el factor esencial para alcanzarlas: deben ser realistas, medibles, tangibles y ponerles una fecha. Si falta alguna de estas "patas de la mesa", es altamente probable que se dificulta alcanzarlas.

Además de lo dicho precedentemente, para llevarlo a la realidad hay establecer un plan de acción basado en mini-metas consecutivas, totalmente concretas.


La frustración por lo no cumplido

Es natural afrontar la frustración frente a sentir que se ha fracasado al no haber alcanzado una meta. La verdad, aunque duela, es que si esa meta hubiese sido lo suficientemente importante, la persona habría hecho mucho más para alcanzarla.

Es así de sencillo: logramos aquello a lo que le damos relevancia; todo lo demás, son expresiones de deseo.

Al no cumplir lo que se quiso lograr, por el motivo que sea, suele aparece el rol de víctima de las circunstancias -entorno, familia, país, dinero y recursos de cualquier tipo-, cuando es bien sabido que el que quiere, puede. Hay millones de ejemplos que nos enseñan que se puede ir más allá de la limitación que impide avanzar para conquistar una meta que realmente se siente, se vive y se diseña desde el corazón y se proyecta en el tiempo: por eso se las logra.

Cuando una persona siente la sensación del fracaso hablándole al oído por metas no cumplidas, hay varias cosas que se pueden explorar y activar:
  • Preguntarse seriamente qué tan importante era el compromiso de la persona con SU meta.
  • Analizar los motivos por los que no la logró: y aquí aparece el rol de protagonista de la vida, que se necesita; versus el de víctima de las circunstancias. La víctima justifica su inacción, la persona responsable se hace cargo y toma una actitud proactiva.
  • Observar el propio perfil de persistencia, perseverancia, integridad y compromiso total con la meta. Es posible que muchas personas hayan hecho "algo", aunque ese "algo" no es el 100% de compromiso que se necesita para obtener resultados.
  • Reconocer las creencias limitantes que impidieron lograrlo: por ejemplo, "no sé cómo hacerlo", "es muy difícil", "quise tomarme un descanso…", "no tengo dinero", "el país no ayuda", y tantas otras elaboraciones que son -en esencia- puras justificaciones. Como se puede observar, el foco está puesto generalmente afuera y no en tomar acción para aprender algo nuevo, o encontrar formas de financiarse, por ejemplo.
  • Si la meta aún es importante, se puede re-pactar con uno (y con todos los involucrados) para volver a ponerla en acción de un modo consistente, realista y concreto en el periodo siguiente. Es necesario medir el resultado permanentemente, y corregir los desvíos que pudiesen producirse.


4 ideas para no frustrarse y lograr lo que te propongas

Aquí van algunas sugerencias prácticas, que pueden servir de orientación para encarar situaciones de diseño de metas, y evitar frustrarse en el intento:


1. Organizar el último trimestre del año, y los dos primeros meses del siguiente

La productividad y la adicción a alcanzar las metas y objetivos cada vez más rápido sume en una carrera inusitada, con el alto costo que implica la ansiedad, que termina mal canalizada. 

Para llegar bien a fin de año, lo ideal es:
    • No dejar todo para último momento.
    • Tomar el último trimestre como clave para planificar el final y el inicio del próximo año -al menos los dos primeros meses-.
    • Articular estas metas con los colaboradores o personas cercanas.
    • Llevar un registro del proceso de los objetivos de cierre del año, y programarlos en un calendario físico o sistema donde se pueda visualizar muy claramente.

2. Conservar los espacios personales

Es fundamental no perder los espacios personales, ni de descanso, con tal de llegar con el trabajo acumulado o los compromisos. Esto es clave para mantener el sentido y propósito del disfrute de la vida.


3. Ser razonable:probablemente no se alcanzará todo lo que se desea

Una cosa es lo que se desea, y otra lo que es humanamente posible lograr, sin que esto signifique justificar o procrastinar tareas.

Ubicando en un marco de equidad entre lo posible y lo realizable, se podrá depurar lo pendiente, para hacerse cargo de aquello importante. Luego, se pasará para el calendario del primer tiempo del año lo que pueda posponerse de momento- Asimismo, se derivará o delegará lo que sea factible para que lo implemente otra persona; y se trabajará sobre este nuevo esquema de diagramación de objetivos para fin de año.


4. Pedir ayuda, compartir responsabilidades y fijar metas razonables

Pedir ayuda, incluso para priorizar los objetivos -por ejemplo, con un superior en el trabajo- será una buena metodología. De igual manera, es posible aprender a decir "no" a tiempo y proponer alternativas; colgar en un espacio visible el calendario de tareas a ejecutar y sus fechas de cierre; dar seguimiento a las demás personas, y reportar tus avances; e ir diagramando la agenda formal del año siguiente.


Todas estas ideas, si las ejecutas continuamente y con consistencia, te ayudarán a organizarte y a transcurrir mejor las metas razonables del cierre del ejercicio.





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